Cuento
Autora: Natalia Gordillo
Luna era un ave mecánica, que a sus ocho días de haber sido
creada se sentía triste por no ser libre. A las 7 de la noche, Luna estática en
la librería de un viejo, presuntamente su dueño, decidió salir a fisgonear...
En la ventana del balcón vio un reflejo extraño y muy
luminoso; Decía sentir que le quemaba los ojos. Al ver tan sublime aquella cosa
extraña, robusta y redonda como su panza decidió prometer volver.
Cuando quiso regresar a la librería se dio cuenta que no
recordaba el camino, pues solo tenía mente para aquella luz brillante. A las
cuatro de la mañana Luna se levantó en un sofá muy cómodo, desde ese día se
permitió cambiar su vida.
Tres años más tarde, cuando faltaban tan solo unos segundos
para darse por terminada una canción simple, melancólica y rustica, el ave de
nuevo en el balcón recordó que un tiempito atrás había visto en una revista,
que el 20 de abril un eclipse de luna roja iba a apoderarse de los cielos justo
a las seis y treinta y siete, descubriendo de paso que aquello que vio brillar
esa noche se llamaba igual que ella.
En la ventana de la casa del frente se reflejaba la hora,
solo faltaban dos minutos. Acordó que después del eclipse saltaría. Tan
anhelado espectáculo rojo despampanante y sublime la hizo dormir eternamente
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