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Mostrando las entradas de julio, 2020

Escarcha, Juan Patarroyo

Cuento  Autor: Juan Patarroyo Escarcha Era un domingo lluvioso, triste y melancólico, que no dejaba más que suspiros por planes cancelados y las miradas tristes en los niños viendo el parque.  El chocolate caliente servido en la mesa, junto a unas galletas dulces, creaba una atmósfera de tranquilidad y por un momento todos se sintieron amados, era como si ese aroma los acariciara y arropara. Todos al final siempre necesitan un abrazo cálido, unos lo buscan en el chocolate, otros en el alcohol, otros más atrevidos, en el amor.  Tremendo día, pensó Julia, ella misma se cuestionó lo sarcástico que sonaba aquél pensamiento, sin embargo era sincero, amaba los climas fríos.  La familia se sentó alrededor de la mesa, una olleta cromada llamaba la atención en particular, -¿será el yelmo del gran Lancelot, o el cuerpo de un robot astronauta?- pensaba Enrique. Se ganó el apodo de Junior, por ser la fiel imagen de su padre, un hombre hecho y derecho, de humildes modales y ve

Canta pájaro amante, Lope de Vega

Lope de Vega Canta pájaro amante Canta pájaro amante en la enramada selva a su amor, que por el verde suelo no ha visto al cazador que con desvelo le está escuchando, la ballesta armada. Tirale, yerra. Vuela, y la turbada voz en el pico transformada en yelo, vuelve, y de ramo en ramo acorta el vuelo por no alejarse de la prenda amada. Desta suerte el amor canta en el nido; mas luego que los celos que recela le tiran flechas de temor de olvido, huye, teme, sospecha, inquiere, cela, y hasta que ve que el cazador es ido, de pensamiento en pensamiento vuela. Canta pájaro amante, Lope de Vega.

Que triste se escucha su llanto, Juan Patarroyo

Poema  Autor: Juan Patarroyo Que triste se escucha su llanto Qué triste se escucha su llanto, mamá.  Por qué llora mamá.  Otra vez llora y se escucha triste.  Mire que los gatos la esperan, mamá,  y ninguno la siente, sólo yo.  Oh madre, madre mía, es que acaso le hice algo malo.  Como si fuera un espanto escucho su llanto.  Tan impresionante y aterrador como la primera vez,  qué preciso se escucha su llanto mamá.  Aunque nos divida esta lápida con su nombre,  aunque traiga flores que nunca podrá oler,  aunque ya esté muerta y yo no haya podido hacer nada.  Si tan solo me hubieran matado a mí.  Perdóneme mamá, perdóneme por huir de la finca,  perdóneme porque entre los  matorrales escuché su llanto y se escuchaba  triste, tan triste como lo escucho ahora. -Juan Patarroyo

Canción del pirata (fragmento), José de Espronceda

José de Espronceda Canción del pirata (fragmento) Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín; bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul; Navega velero mío, sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza, tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho a despecho, del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar. Canción del pirata (fragmento), José de Espronceda

Violencia, Fernando Patarroyo

Fotografía  Autor: Fernando Patarroyo Violencia Reseña del autor: Para dar sentido a la temática de esta convocatoria (Violencia), quise mostrar el aislamiento del género femenino en diversas actividades o labores que son más "comúnmente" vistos hacerlo por un hombre. Trato otro tema muy importante y demasiado recurrente (lamentablemente) que es la violencia intrafamiliar, que lo provoca en la mayoría de casos los hombres, que quieren demostrar su poderío por medio del machismo, esta situación repercute en muchos hogares.  Es un deber ayudar a todas las personas que puedan estar siendo vulneradas, no sólo físicamente sino psicológicamente.  - Fernando Patarroyo 

De una reflexión cuerda, Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz De una reflexión cuerda Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba, y por ver si la muerte se llegaba procuraba que fuese más crecida. Toda en el mal el alma divertida, pena por pena su dolor sumaba, y en cada circunstancia ponderaba que sobraban mil muertes a una vida. Y cuando, al golpe de uno y otro tiro rendido el corazón, daba penoso señas de dar el último suspiro, no sé con qué destino prodigioso volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro? ¿Quién en amor ha sido más dichoso? -  De una reflexión cuerda, Sor Juana Inés de la Cruz

El deseo del imperfecto, Felipe Patarroyo

Relato  Autor: Felipe Patarroyo El deseo del imperfecto Siendo el espectador y abrumado por el mensaje de lo común, aquel se pierde y piensa ¿qué sería de mi si…?  Siento un vacío en el pecho, comprendo esto que es respirar sin aliento, esa soledad incomprendida, un momento sin sentidos, sólo y ahí… creo, después de todo nunca lo estamos, pero lo olvido porque me alejo, ni lo quiero comprender.  Solo observó, escuchó y callo, nunca estoy presente, estoy ahí, no vivo eso, no lo transmito, no lo entiendo ¡qué incómodo! Pero después de todo no lo comprendería, así lo explicarás. "No tiene uso común sin compartir" me dicen pero, no te enojes por favor, no lo mal entiendo, solo no lo entiendo. - "Es aquel que busca ocultar la consecuencia de sus acciones y no su imperfección" Mientras más confronto al mundo y lo analizo confirmo que he de sellar y limitar hasta el último desborde de sentimiento, he de suprimirle hasta llegar a jurar no sentirlo

Lo fatal, Rubén Darío

Ruben Dario Lo fatal Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror… Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!… -  Lo fatal, Rubén Darío